Así lo indicaron la secretaria general del Departamento de Agricultura del Gobierno de Cataluña, Cristina Massot, y el profesor del IRB Toni Gabaldón, encargado de realizar la secuenciación del virus encontrado en jabalíes silvestres fallecidos cerca del citado laboratorio de investigación en sanidad animal, ubicado en la localidad catalana de Cerdanyola del Vallès.
Aún se está a la espera de conocer los resultados del Laboratorio Central de Veterinaria (LCV) de Algete, en Madrid, centro de referencia de la peste porcina africana, para confirmar los resultados obtenidos.
Por ello, el máximo responsable de Agricultura de Cataluña, Òscar Ordeig, pidió “prudencia” a la hora de interpretar los resultados del IRB, ya que “hay diferentes líneas de investigación y el laboratorio de referencia dará la conclusión definitiva”.
Massot, por su parte, explicó que “de las 19 muestras ofrecidas por el laboratorio se han secuenciado 17”, y que las dos restantes son “muestras congeladas de hace cinco años” que no están utilizando.
Además de estas muestras, el IRB también ha consultado un registro de datos europeos donde figuran unas 800 cepas de peste porcina africana registradas.
Asimismo, el profesor Gabaldón señaló que el virus presente en los jabalíes muertos, encontrados en las inmediaciones del laboratorio del IRTA-CReSa, corresponde a “una nueva variante no registrada”, ya que se han identificado “diversas mutaciones y la pérdida de una parte importante del genoma, lo que la hace menos virulenta” y, en consecuencia, “menos mortífera”.
Esto implica que el origen de esta nueva variante, que sería la número 29, “sea más difícil de encontrar”, pues no se “puede establecer ninguna correlación con las otras variantes”.
Además de pedir “prudencia” a la espera de los resultados del laboratorio de Algete, Ordeig agradeció a todas las personas del departamento “el trabajo realizado en estos últimos días” y recordó que “la prioridad actual es contener el radio de seis kilómetros y seguir apoyando al sector”.
Fue a finales del pasado mes de noviembre cuando España detectó los dos primeros casos de peste porcina africana registrados en el país desde 1994.
Ambos positivos se detectaron en jabalíes silvestres hallados muertos en una localidad de la provincia de Barcelona, cerca del centro de investigación en sanidad animal IRTA-CReSa. Desde esos dos primeros positivos, se han contabilizado 29 jabalíes fallecidos por la enfermedad.
El impacto de la peste porcina africana, que no se transmite a los humanos, se ha reflejado en el ámbito comercial, ya que la declaración de esta enfermedad ha llevado a decenas de países a bloquear más de un centenar de certificados de exportación de productos porcinos españoles.






