Disturbios en Bangladés. EFE/EPA/MONIRUL ALAM.
NUEVA DELHI.- La violencia y las protestas que ha provocado en Bangladés la muerte del líder estudiantil y aspirante a diputado Sharif Osman Hadi ponen en riesgo la celebración de las elecciones previstas para febrero en Bangladés, alertaron esta semana varias organizaciones internacionales.
Hadi, portavoz de la plataforma Inqilab Mancha y figura central del levantamiento que forzó el cambio de gobierno en 2024, murió a consecuencia de las heridas sufridas en un atentado con arma de fuego el pasado 12 de diciembre en el centro de Daca.
El líder estudiantil era candidato a las elecciones previstas para febrero en Bangladés, amenazadas ahora por una crisis de violencia que pone en riesgo la frágil estabilidad del país, a menos de dos meses de unos comicios históricos que debían consolidar su transición democrática.
Una de las primeras organizaciones en pronunciarse esta última semana fue la ONU, cuyo secretario general, António Guterres, condenó el asesinato de Hadi y pidió a las autoridades que garanticen la rendición de cuentas.
Guterres instó a realizar “una investigación rápida, imparcial, exhaustiva y transparente, de acuerdo con las normas internacionales de derechos humanos” y subrayó la necesidad de moderación mientras Bangladés se prepara para las elecciones parlamentarias programadas para febrero, según informó su portavoz Stéphane Dujarric en la habitual conferencia de prensa en Nueva York.
Human Rights Watch (HRW), mientras, pidió a las autoridades de Bangladés que tomen medidas urgentes para «prevenir los ataques de turbas que se han producido en el país desde la destitución del gobierno de Sheikh Hasina en agosto pasado y garantizar condiciones para unas elecciones libres, justas y participativas en febrero».
La organización calificó el asesinato del líder juvenil Osman Hadi como “un acto terrible” y afirmó que los ataques posteriores a las oficinas de Prothom Alo y The Daily Star representan un grave atentado contra la libertad de expresión.
Por su parte, Amnistía Internacional condenó la violencia de turbas que causó heridos, destrucción de bienes y muertes en Bangladés, y pidió que los responsables sean llevados ante la justicia en juicios justos, sin recurrir a la pena de muerte.
La escalada de violencia se desató la noche del jueves tras confirmarse el fallecimiento del activista, reavivando además un sentimiento antiindio en las calles, después de que Daca acusara a Nueva Delhi de albergar a Hasina en el exilio y permitirle realizar llamamientos para desestabilizar el país antes de las elecciones, acusaciones que la India ha negado.
Durante las protestas del jueves, los grupos de manifestantes asaltaron en la capital las sedes de los diarios Prothom Alo y The Daily Star, a los que acusan de mantener una postura favorable a la India, provocando incendios y destrozos materiales que forzaron la intervención de los servicios de emergencia y motivaron un apagón mediático.
La hostilidad hacia la India, alimentada por la retórica del fallecido Hadi sobre la «hegemonía india», ha forzado también el cierre de sedes diplomáticas: los Centros de Aplicación de Visas de la India (IVAC) han confirmado la clausura indefinida de sus instalaciones en Rajshahi y Khulna.
Relacionado






