COSTARICA.-El presidente de Costa Rica, Rodrigo Chaves, se salvó este martes por segunda vez de enfrentar un proceso que hubiera podido llevar a su destitución, luego de que el Congreso rechazara levantarle la inmunidad.
El Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) había solicitado al Congreso desaforarlo para que fuera investigado por aprovechar presuntamente su cargo «ilegítimamente» y «favorecer un programa político» para los comicios de febrero de 2026.
La moción obtuvo 35 votos a favor y 21 en contra, pero se requería una mayoría calificada de 38 votos para dejarlo sin fuero.
«No existen los elementos suficientes para aprobar el levantamiento de la inmunidad», dijo el titular del Congreso, Rodrigo Arias, tras la votación.
Sin embargo, el TSE advirtió que el proceso solo queda suspendido «temporalmente», por lo que Chaves tendrá que responder a las acusaciones cuando deje la presidencia el próximo 8 de mayo.
Son hechos «muy graves», señaló durante el debate la diputada Alejandra Larios, al acusar a Chaves de utilizar recursos públicos para «incidir en el proceso electoral». En Costa Rica el presidente tiene prohibido participar en campañas o usar su cargo en beneficio de un partido.
Pero su colega María Marta Carballo consideró que retirar la inmunidad por una causa que no es penal sería «atentar contra la democracia».
Era la segunda vez que Chaves, de 64 años, se jugaba su futuro político ante el Congreso de Diputados, que en septiembre pasado rechazó quitarle el fuero por un caso de presunta corrupción, algo inédito en Costa Rica, donde nunca un presidente había enfrentado un proceso de desafuero.
– Futuro incierto
Chaves también podría ser investigado penalmente por el caso de corrupción una vez deje el cargo y pierda la investidura, explicó Francisco Barahona, exrector de la Universidad para la Paz de Costa Rica.
Las investigaciones futuras serán una cuestión clave si quisiera buscar un segundo mandato de cuatro años, en este país donde está prohibida la reelección inmediata, agregó el analista.
Chaves, aliado del presidente salvadoreño Nayib Bukele y quien goza de alta popularidad por sus expresiones de mano dura, asegura que no ha violado la ley y acusa a sus opositores de montar «un circo».
Analistas consultados por la AFP consideraban improbable que la oposición reuniera los votos para el desafuero, en un Congreso muy fraccionado. Además, el tiempo era insuficiente para ser juzgado durante su mandato.
En la antesala de la votación, el influyente congresista republicano Mario Díaz-Balart, aliado del presidente estadounidense Donald Trump, afirmó que «remover a un presidente a pocos meses de las elecciones» ponía «en riesgo la legitimidad democrática».
– Choque de poderes
Chaves ya había salvado su inmunidad en septiembre, cuando estaba acusado por la Fiscalía de favorecer supuestamente la contratación de una empresa para prestar servicios de imagen a la presidencia, por unos 32.000 dólares que habrían terminado en manos de un amigo suyo.
En este caso, el presidente pudo haber sido condenado a prisión por la Corte Suprema.
Las acusaciones contra el gobernante se enmarcan en un choque de poderes que se acentuó de cara a los comicios generales del próximo 1 de febrero, en los que la derecha busca seguir gobernando con la exministra Laura Fernández.
El mandatario acusa a los titulares de la Corte Suprema, la Fiscalía, el Congreso y el Tribunal de Elecciones de sabotear las reformas que pretende llevar adelante, mientras los jefes de estas instituciones le atribuyen derivas autoritarias.
Pese a salir airoso, Chaves no siempre pudo eludir las acusaciones en su contra. El Banco Mundial lo sancionó por acosar sexualmente a dos subalternas y, tras su elección, ofreció «disculpas».
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