Santo Domingo.– Fue el 26 de marzo de 2024 cuando Yennely Duarte Hilario fue encontrada sin vida en Cotuí, con evidentes signos de tortura. El informe del Instituto Nacional de Ciencias Forenses (Inacif) reveló que la joven de 18 años fue violada sexualmente, apuñalada más de 40 veces incluyendo en sus genitales y golpeada brutalmente.
La consternación por su muerte aumentó cuando se dio a conocer que el hecho fue cometido por Ammy Hiraldo Peña, quien en ese entonces tenía 22 años y era la pareja de Yennely.
Durante el inicio del juicio de fondo, celebrado, Ammy Hiraldo Peña quien fue condenada a 30 años de prisión confesó haber cometido el crimen “con mucho miedo”, alegando que la víctima supuestamente la amenazaba.
“Yo lo hice con mucho miedo, porque ella me amenazaba diciendo que iba a ir a la iglesia donde yo me congregaba, que iba a enseñarle fotos al pastor”, declaró Hiraldo entre lágrimas, refiriéndose a la relación que ambas mantenían.
Sin embargo, la madre de la víctima, Yenny Hilario, rechazó categóricamente estas afirmaciones.
“Le importó más la opinión del hombre que la de Dios, porque Dios sabía lo que estabas haciendo”, expresó.
Entre llanto, agregó: “Mi mayor adoración no se merecía esa muerte así, Ammy. Mi hija no merecía morir así”. También pidió a Dios que sane su corazón y que “bendiga” a la agresora, pero que se haga justicia.
Sobre la tragedia
Yennely Andreina Hilario Sosa, de 18 años, fue asesinada en la provincia Sánchez Ramírez por Ammy Hiraldo Peña, quien en ese entonces tenía 22 años y confesó el crimen.
Según las autoridades, Yennely salió de su casa el martes 26 de marzo de 2024 alrededor de las 7:00 de la noche y su cuerpo fue encontrado al día siguiente en una finca del distrito municipal Quita Sueño.
Cámaras de seguridad captaron a Ammy comprando productos químicos utilizados en el hecho, supuestamente con la intención de dormir a la víctima antes de quitarle la vida. La investigación también determinó que para cometer el crimen se empleó una jeepeta propiedad de la familia de la agresora.
Las autoridades concluyeron que la imputada violó los artículos 295, 296, 197, 298 y 302 del Código Penal, en perjuicio de la víctima.
Clamor de justicia fue escuchado
Un año y siete meses después del suceso, los familiares de Yennely Andreyna Duarte encontraron un poco de alivio al recibir justicia cuando la noche del lunes, el Tribunal Colegiado de Sánchez Ramírez condenó a 30 años de prisión a Ammy Hiraldo Peña quien deberá cumplir sentencia en la Carcel de Najayo Mujeres en la provincia de San Cristobal.
El tribunal, integrado por los magistrados Ramón Emilio Peña, Mayrelis Lazala Jerez y Bolívar Reinoso, dispuso que la condenada cumpla la pena en el Centro de Corrección y Rehabilitación de Najayo Mujeres, en San Cristobal, bajo las medidas establecidas por la ley.
La sentencia se produce luego de varios reenvíos del proceso judicial, lo que motivó a familiares y allegados de la víctima a realizar protestas y vigilias frente al Palacio de Justicia de Cotuí en demanda de justicia.
El magistrado Francis Valerio había solicitado la pena máxima de 30 años de prisión. Los fiscales expusieron diversas evidencias que según afirmaron, demostraban la responsabilidad penal de la imputada.
De acuerdo con la acusación Hiraldo Peña planificó el crimen, siendo captada por cámaras de seguridad mientras compraba amoníaco, presuntamente para dormir o inmovilizar a la víctima antes de atacarla. Las autoridades también indicaron que la imputada adquirió otros objetos utilizados posteriormente en el hecho.
“Busqué justicia por 30 años y hoy lo logré” dijo el padre de Yennely, Wilson Duarte luego de escuchar la sentencia. Duarte expresó con fuerza su reacción, enviando un mensaje a quienes, según dijo, minimizaron el caso, lo difamaron o se burlaron de la muerte de su hija.
“Le mandó un mensaje a los que andaban diciendo que eran siete años y ya. Le mandó un mensaje a todos los que entraron en línea difamando, diciendo que mi hija se lo merecía”.
Visiblemente afectado, continuó: “Envío un mensaje a todos los que se burlaron de la muerte de mi hija. Espero que cosechen lo que sembraron para que puedan sentir lo que es. Les envío un mensaje a ustedes, que se rieron de mi dolor”.
El padre rechazó las acusaciones de que buscaba exposición mediática: “Decían que yo buscaba micrófono, que buscaba cámara. Nunca busqué cámara. Solo fui un papá, un luchador, por lo que le hicieron a mi hija. Busqué justicia por 30 años y esos 30 años hoy los cumplí”.






