EL NUEVO DIARIO, SANTO DOMINGO. – Un análisis técnico especializado sobre el apagón del 11 de noviembre de 2025 reveló este lunes que el evento fue consecuencia de una combinación desfavorable de fallas operativas, debilidades en la estabilidad del sistema eléctrico y la ausencia de mecanismos modernos de soporte dinámico.
Según el informe, a pesar de que los sistemas eléctricos pueden enfrentar fallas severas sin colapsar cuando cuentan con suficiente inercia, reservas y protecciones coordinadas, en esta ocasión coincidieron varios factores negativos, entre ellos una maniobra operativa incorrecta, una posible falla en la protección diferencial de barras, alta participación de generación solar y descoordinación entre protecciones.
Alta penetración solar redujo la inercia del sistema
El estudio indica que, al momento del evento, cerca del 40 % de la generación provenía de energía solar, lo que redujo considerablemente la inercia del SENI. Esto provocó que la frecuencia se desplomara rápidamente ante la perturbación, mostrando una caída abrupta, un intento breve de recuperación y finalmente una caída total, patrón típico en sistemas con alta presencia de renovables sin soporte inercial.
Salidas innecesarias de plantas térmicas agravaron el colapso
Los especialistas señalan que algunas unidades térmicas se desconectaron aun encontrándose lejos del punto de falla, posiblemente por ajustes incorrectos de relés o protecciones demasiado sensibles. Estas salidas aceleraron la pérdida de sincronismo del sistema, debilitando aún más la estabilidad transitoria.
Punta Catalina: pieza clave para evitar un colapso más rápido
El comportamiento de la Unidad 2 de Punta Catalina fue descrito como determinante. El informe destaca que su esfuerzo por sostener la frecuencia durante 120 segundos retrasó el colapso total del sistema y que, de haber estado ambas unidades en línea, el apagón probablemente se habría evitado.
Recuperación del sistema: “técnicamente impecable”
Pese a la magnitud del evento, los especialistas calificaron la recuperación como ejemplar. Señalan que avanzar con cautela fue una decisión correcta para prevenir un segundo apagón y que lograr casi el 100 % de la restauración en menos de 15 horas demuestra profesionalismo y protocolos adecuados de Black Start.
Urgen instalación de baterías para estabilizar el SENI
El informe sostiene que el SENI ha alcanzado el límite operativo ante la creciente penetración solar y afirma que la incorporación de sistemas de almacenamiento en baterías (BESS) ya no es una opción sino una necesidad inmediata. Estos sistemas aportarían inercia sintética, regulación primaria rápida, soporte de tensión y amortiguación de oscilaciones.
Las propuestas de instalación de 300 MW en Azua, Cabreto y Navarrete fueron consideradas técnicamente acertadas y estratégicas.
Un llamado de alerta, no un síntoma de colapso estructural
Aunque el SENI ha operado por más de una década sin un apagón general, los expertos advierten que la transición tecnológica exige actualizar protecciones, reforzar la capacitación operativa y modernizar la infraestructura. Eventos anteriormente manejables podrían convertirse en colapsos si estos aspectos no evolucionan al ritmo del sistema.
PSG/
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