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una ilusión que no llegó al plato – El Nuevo Diario (República Dominicana)

Los juegos estaban previsto a celebrarse los dís 7, 8 y 9 de noviembre. (Ilustración: El Nuevo Diario)

POR RAFAEL ALMÁNZAR / ESPECIAL PARA END

EL NUEVO DIARIO, SANTO DOMINGO.- Durante semanas, la “Copa del Cibao” prometía ser más que una simple serie de exhibición. Era la oportunidad de ver a las Águilas Cibaeñas y a los Gigantes del Cibao trasladar su histórica rivalidad al corazón de Nueva York, en el majestuoso Citi Field. Para miles de dominicanos en la diáspora, especialmente los del Cibao, representaba una cita con la nostalgia, con el béisbol que los conecta a sus raíces, con el calor del Estadio Julián Javier o del Cibao, pero en suelo norteamericano.

Por eso, la noticia de la cancelación de la serie cayó como un ponche con las bases llenas. Más allá de las causas que se hayan querido argumentar, el resultado final es uno solo: una gran desilusión para una fanaticada que se ilusionó, ahorró, planificó y soñó con ver a sus equipos fuera del país. Se trataba de un evento que trascendía el deporte; era un encuentro cultural, familiar y emocional.

Resulta doloroso que, después de tanta expectativa, la comunicación final haya llegado con más confusión que claridad. Los fanáticos merecen respeto, pero sobre todo merecen transparencia. Si el evento no podía realizarse, lo mínimo era asumirlo con responsabilidad y explicar las razones reales, sin adornos ni excusas improvisadas.

La Copa del Cibao era un paso importante para seguir internacionalizando nuestra pelota y fortalecer la marca Lidom en mercados clave como el de Nueva York. Por eso, lo ocurrido debe servir como lección para todos los involucrados: el béisbol dominicano no puede permitirse jugar con la esperanza de su gente.

La pasión de los fanáticos es el mayor activo que tenemos como liga, y cuando se les promete un espectáculo de esta magnitud, debe garantizarse que se cumpla, o al menos que se les hable con la verdad. Porque el béisbol, al final, no solo se juega en el terreno: también se juega en la confianza.


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