Santo Domingo.- “El Fi”, “El amplio”, «El Chilote» y “La Patrona” son algunos de los apodos con los que se identificaba a los miembros del círculo íntimo del exdirector del Seguro Nacional de Salud (Senasa), Dr. Santiago Hazim Albainy, acusado de encabezar una red mafiosa que desfalcó con más de 15 mil millones de peso a la entidad estatal.
Según relató al Ministerio Público el testigo confesor Roberto Antonio Canaán, uno de los integrantes de dicha estructura, llegó a entregarle personalmente al doctor Hazim, RD$10 millones en efectivo, dinero aportado por Osman Andrés, hijo del propietario del Centro Médico Elohim, prestador de servicios de Senasa.
El testimonio de Canaán revela la existencia de una estructura interna marcada profundamente por la corrupción, tráfico de influencias y financiamiento ilícito de actividades políticas.
El financiamiento ilícito, asegura Canaán, estuvo acompañado por la operación de este grupo que tenía incidencia directa en las decisiones y contratos de la institución.
El testimonio también describe el funcionamiento del Comité de Contrataciones Médicas, donde las decisiones técnicas quedaban subordinadas a señales de la asistente del director, Johanna Fernández, quien indicaba qué casos debían aprobarse en beneficio de la dirección.
Más revelador aún es la vinculación de estos apodos con empresas bajo investigación por contratos dudosos, entre ellas Flavorheart, Nutrimet, KHERSUN y DELESTE.
El testimonio añade la existencia de una figura de alto poder apodada “El Chilote”, supuestamente con influencia dentro del CNSS o la SISALRIL, lo que demostraría que la red de control se extendía más allá de SeNaSa hacia los órganos reguladores del sistema de salud.
Las declaraciones de Canaán aportan una narrativa directa que conecta con la evidencia documental ya incorporada en el expediente, reforzando la tesis de que la gestión de Hazim estuvo marcada por un esquema orgánico de corrupción y tráfico de influencias.






